Javier Milei y Mauricio Macri volvieron a intercambiar gestos de tensión en torno a la resolución de la pelea política en torno al financiamiento de las universidades, ya que los legisladores de PRO podrían no respaldar en el Congreso en veto del Presidente a la ley que le asegura fondos a las casa de estudios hasta fin de año.
Macri, hizo un silencio sugestivo durante la masiva Marcha Federal en apoyo a las universidades y, acto seguido, el veto a la ley. Y el jueves se reunió con senadores de PRO, casi en sincronía con la convocatoria a una sesión especial en Diputados para el miércoles, en la cual intentarán dejar vigente la ley pese al veto.
Ambas señales fueron examinadas con lupa, porque Macri, presidente de PRO, tiene influencia directa en la postura de los diputados y senadores del partido, que a su vez son un espacio clave para que Milei consiga el tercio de votos necesario para blindar el veto (y otras eventuales iniciativas en su contra).
Del encuentro participaron el titular del PRO en el Senado, Luis Juez (Córdoba); Beatriz Ávila (Tucumán); Carmen Álvarez Rivero (Córdoba); Victoria Huala (La Pampa); Alfredo De Angeli (Entre Ríos); Martín Goerling Lara (Misiones) y Andrea Cristina (Chubut), que se incorporó la semana pasada al bloque.
El faltazo lo pegó Guadalupe Tagliaferri por cuestiones de agenda. Tagliaferri, que preside la comisión de Acuerdo, fue a la marcha y se mostró junto al ex jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, alejado de Macri y contrario al veto. Además, había votado a favor de la ley de financiamiento universitario que vetó Milei, al igual que Juez.
De los seis presentes este jueves, solo tres votaron contra el proyecto que vetó Milei cuando fue aprobado en la Cámara Alta: Álvarez Rivero, De Angeli y Goerling Lara. Por su parte, Cristina acompañó el proyecto en general, pero rechazó algunos artículos en particular; mientras que Huala se inclinó por la abstención.
De la reunión, se filtraron dos frases atribuidas a Macri en medios nacionales: “PRO siempre estuvo a favor de la educación pública” y “Para qué voy a seguir yendo a comer milanesas si después no se cumple nada”. Ambas hablan de una distancia política con Milei, la primera es casi una confirmación, además, de la voluntad de ni acompañar puntualmente el veto a la ley para financiar las universidades.
Desde la Casa Rosada también se hicieron escuchar tambores de guerra. Milei se reunió con su gabinete, en una sesión de análisis de lo ocurrido ayer: la jornada, entre otras señales de alarma para el gobierno, incluyó una particular intensidad de las marchas en provincias donde Milei tuvo su mejor perfomance electoral, como Córdoba o Mendoza.
Desde allí también surgieron filtraciones a la prensa nacional. Una indicaba que Milei dijo que lo ocurrido en la calles no cambiará el rumbo de su gobierno, que rechazará cualquier ley que no contemple las partidas para ser financiada (aunque no vetó por caso la ampliación del banco genético a todo tipo de delincuentes, que implica gastos pero no aclara cómo se pagarán).
En ese marco, algunas fuentes del gabinete hicieron trascender que se contempla la posibilidad de ir a la Justicia (sería la Corte) contra la ley, a la que consideran inconstitucional. También mencionaron una supuesta voluntad presidencial de no cumplir con el envío de las partidas que contempla la ley. Una especia de veto en los hechos, de dudosa legalidad. (DIB)