Un puñado de dirigentes de Juntos se sorprendió con el whatsapp de Mauricio Macri el martes por la noche, con el que los convocaba a una reunión en su casa de Acassuso sin abundar en detalles. Cristian Ritondo, Diego Santilli y Néstor Grindetti intercambiaron mensajes antes de emprender el viaje a San Isidro. «¿Vamos?», «‘¿vos sabés algo?», y otros interrogantes recorrieron los chats, como si se tratara de un cumpleaños sorpresa.
Al entrar al living de Macri, los invitados quedaron aturdidos. Sentados frente al ex presidente y Patricia Bullrich estaban Javier Milei y su hermana Karina. Luis Petri entró después de los dirigentes del PRO y quedó pálido porque tampoco esperaba la presencia del candidato libertario y de su única persona de confianza.
Macri ya había acordado apoyar a Milei y le estaba armando el gabinete. El libertario se entregó pero puso paños fríos para los modos: pidió que el apoyo no se reflejara en fotos porque eso le detonaría aún más el discurso «anti casta». Además pidió que lo ayudaran a ganar primero y recién después se hable del acuerdo de gobernabilidad. Es decir, que no se ventilara el reparto de ministerios hasta después del ballotage porque eso le traería problemas en su propia tropa.
Macri aceptó, aunque le enumeró una serie de exigencias para el gabinete, que luego se filtraron. Pidió a Germán Garavano para Justicia, en lugar de Mariano Cúneo Libarona como pensaba Milei, preocupado especialmente por el avance de sus causas. También pidió Seguridad para Bullrich, YPF para Javier Iguacel, la presidencia de la Cámara de Diputados para Ritondo y el manejo del transporte para Guillermo Dietrich.
La lista no terminó ahí: Macri también pidió incluir en el equipo económico a Luis «Toto» Caputo, Guido Sandleris y Federico Sturzenegger, los tres hombres que durante su mandato manejaron el Banco Central que Milei prometió incendiar. Este pedido pudo en crisis la dolarización y el equipo económico del libertario, como anticipó este medio.
Además pidió un lugar para Andrés Ibarra y el control de Salud, un área que estará bajo la órbita del ministerio de Capital Humano a cargo de Sandra Petovello, que ya inició la coordinación de la reforma del gabinete con Juan Pablo Arenaza, jefe de campaña de Bullrich.
A lo único que se negó Milei fue a entregar Arsat y el área de comunicaciones, ya que como reveló LPO, el libertario tiene un acuerdo con el mexicano Carlos Slim, el magnate de las comunicaciones en América Latina que quiere mejorar sus negocios en el país. Se trata de un tema no menor si se tiene en cuenta la histórica relación de Macri con el Grupo Clarín, por lo que se anticipa un choque fuerte si Milei llega a la presidencia.
A cambio del take over de su gobierno, Macri le ofreció 15 millones de dólares para lo que queda de la campaña y la fiscalización, luego del fallido aporte de Luis Barrionuevo. Con el corrimiento de Carlos Kikuchi de la organización de la campaña, de los fiscales se encargarán Sebastián García de Luca, que coordinó la campaña bonaerense de Bullrich, y Dietrich.
Milei entregó su eventual gobierno a cambio de este apoyo y se expone a una fractura en su propio frente libertario. No sólo entregó el área de Seguridad que iba a controlar su vice Victoria Villaruel, sino que se arriesga al portazo de Emilio Ocampo, quien iba a manejar el Banco Central. Ocampo ya hizo saber que se irá si Milei baja las banderas de la dolarización, una propuesta que ya fue rechazada por personajes como Sandleris.
El libertario quiere que no haya dirigentes del PRO visibles en su campaña, que para lo que queda hasta al ballotage consistirá en visitas sorpresa a comercios como la que hizo a la fábrica de FelFort, caravanas multitudinarias en pueblos y apariciones en los medios.
Milei no quiere que hablen en su nombre sus nuevos aliados del PRO, y sus voceros serán solo Diana Mondino, Guillermo Francos y Villaruel, ente otros.
En el PRO, en tanto, creen que Macri se manejó de manera brutal y que conducirá a Milei a la derrota si sigue apareciendo como hizo este viernes en la polémica entrevista con Feinmann. Si Macri se queda guardado, creen que tienen chances pese a que ven la elección muy difícil.
Fuente: La Política Online.