Lionel Messi definió como “diferente” su séptimo Balón de Oro porque esta vez pudo ganar un título con el seleccionado argentino, cuando se consagró en la Copa América de Brasil, en junio pasado. El crack rosarino extendió este lunes su reinado en el fútbol con la obtención de su inesperado séptimo lauro, en París, en el año de la final inolvidable ante Brasil en el Maracaná.
Messi, en la puja con el polaco Robert Lewandowski, quien finalizó segundo en la lista de 30 confeccionada por France Football, se proclamó el mejor jugador del mundo una vez más, en el Teatro del Châtelet de París y recibió el premio en manos de un amigo, el uruguayo Luis Suárez.
El capitán del seleccionado argentino es el máximo ganador del Balón de Oro con siete trofeos: 2009, 2010, 2011, 2012, 2015, 2019 y 2021. Supera por dos al portugués Cristiano Ronaldo (2008, 2013, 2014, 2016 y 2017), quien finalizó quinto. Y envuelto en furia.
”Este Balón de Oro es diferente por lo que conseguí con la selección. En los anteriores me quedaba la espinita que con la selección no lograba títulos”, manifestó Messi en una charla con TNT Sports. ”Es un grupo que se viene haciendo desde antes, no solo desde la pandemia. Desde que está (Lionel) Scaloni con su cuerpo técnico. Fue a partir de 2019 que fuimos creciendo y nos hicimos fuertes adentro y afuera de la cancha. Estamos en un buen momento”, señaló el mejor jugador del mundo desde París.
“Este es especial, porque no podía cumplir los objetivos con la selección, hasta junio pasado. Tenía esa espina. Este premio me da mucha fuerza en esta nueva etapa de mi vida”, confesó. El crack mostró su lado más íntimo en la conferencia de prensa posterior a recibir el premio. Preguntas en alemán, francés, inglés. Traducciones, explicaciones, análisis. Sin embargo, cada vez que escuchó un tono criollo, argentino, su cara se transformaba. Se reía.
Leo vivió un año traumático, también. Se fue de Barcelona (lo empujaron a marcharse), llegó a París, en donde todavía busca su mejor versión. A los 34 años, siente lo que nunca antes: que el equipo nacional es su lugar en el mundo. La vuelta olímpica -y el proceso previo, además- le cambió su semblante. Cada vez que dijo, simplemente “la Copa América”, su rostro era otro. En París, con otro premio, en una gala estelar… Leo está cada día más cerca de su casa, de cruzar el océano. De la selección
Con ese tono, bien “rosarino” (el de siempre), dejó otras frases en la charla mediática universal. Empezaron con Río de Janeiro y acabaron en Doha. Un círculo perfecto.