La Argentina tuvo una gestión de la pandemia en 2020 muy superior a la de Estados Unidos, Brasil, España o Italia. Casi equivalente a la del Reino Unido, Portugal y Canadá, y bastante mejor que el promedio mundial. La conclusión surge de una de las estadísticas más confiables y valederas en epidemiología para evaluar la gestión de la pandemia: el exceso de mortalidad. El trabajo, sobre la base de los datos de Our World in Data, consiste en comparar la cantidad de fallecimientos de los años anteriores -por ejemplo, 2015-2019- con los de 2020. El resultado es un porcentaje que indica cuántos muertos se produjeron en el primer año de pandemia, por encima del promedio de los años anteriores.
El punto clave en la Argentina fue la política estatal de multiplicar las camas y los respiradores para atender los casos críticos junto con una cuarentena que al principio fue muy estricta. En paralelo, hubo países con aparatos económicos y sanitarios más robustos que, tal vez por la sorpresa de la pandemia, no pudieron garantizar ni camas ni respiradores. Y hubo gobiernos que se manejaron irresponsablemente asimilando la covid a una gripe o sugiriendo que no estaba mal que la gente se contagiara para conseguir la inmunidad de rebaño. «Los cuidados que tuvimos los argentinos y argentinas valieron la pena -señaló el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, ante la consulta de este diario-. Los datos que tenemos ahora de 2020 confirman la importancia del esfuerzo colectivo por la vida. No es lo mismo tener una sociedad que se cuida o que no lo haga”.
En Nueva York hubo mucho debate sobre el subregistro de los fallecidos por covid. La polémica se zanjó cuando se compararon las muertes de 2020 con el promedio de años anteriores. Es que el exceso de mortalidad evita el ocultamiento, ya sea intencional o por problemas de cómputo. Sucede que los estados suelen tener un registro muy aceitado de los fallecimientos de sus ciudadanos, pero en cambio es vidrioso el registro de los fallecidos por Covid. De manera que determinar el exceso de mortalidad permite tener una cifra neta de fallecimientos que en un año habitual no se hubieran dado. La mayoría de los países hacen el cálculo comparando con los cinco años anteriores, pero hay otros que comparan con los últimos tres. Our World in Data toma el porcentaje que cada país elabora.
Argentina comparada con el resto del mundo
La Argentina tuvo un 12,6 por ciento más de muertos que en el promedio de los cinco años anteriores -2015 a 2019- y eso ubica al país por debajo del exceso de mortalidad mundial que se estableció en 14,3 por ciento. Pero en los países que tuvieron más exceso de fallecimientos que la Argentina están México (50.9 por ciento más que en un año habitual); Estados Unidos (20,5 por ciento), Brasil (19,8), Italia (15,4) y hasta Chile (16,9), país al que ponían como modelo.
Mejor perfomance que la Argentina tuvieron Alemania (5,7 por ciento más que en un año normal); Israel (9,5 por ciento) y Francia (10,6 por ciento). Para tener en claro la traducción en muertes, si la Argentina hubiera tenido un exceso de, en lugar del 12,6 por ciento, un 20 por ciento, habría habido 15.000 fallecimientos más en 2020 y si el exceso trepaba al 30 por ciento, eran 56.000 muertes más.
“No es lo mismo tener un Estado presente que un gobierno negacionista -le dijo Cafiero a Página/12-. No es lo mismo fortalecer el sistema de salud que degradarlo. No es lo mismo si se puede atender a todos o si satura el sistema de salud. Estos datos muestran que tenemos que estar orgullosos del logro colectivo. La Argentina se unió, se cuidó y logró los resultados que ahora conocemos».
El impacto de las medidas de cuidado
Como se sabe, en 2020 todavía las vacunas eran escasas, especialmente en los países periféricos. De manera que las cosas dependieron de la atención médica y de las restricciones que se impusieron, casi todas rechazadas por la oposición. Y la comparación se hace para el año pasado y todavía no para éste porque las estadísticas de mortalidad son anuales entre otras razones porque no sería justo comparar trimestres en que hubo invierno en un hemisferio y verano en el otro. En 2022 se podrá calcular el exceso de mortalidad de 2021, seguramente ya con una fuerte influencia de la vacunación.
El otro elemento a tener en cuenta es que en 2020 hubo muchas más muertes por Covid pero menos por accidentes de tráfico. Tal vez más fallecimientos porque no se pudieron atender otras operaciones u otras dolencias en los hospitales. Y menos por el menor impacto de la gripe, dado que buena parte de la gente estuvo recluida. La estadística de exceso de mortalidad resume todo, porque compara los fallecimientos con los años en los que no hubo pandemia.
En cierto sentido, el número que refleja el buen manejo de la pandemia era esperable. La Argentina no tuvo un desborde en los hospitales, hubo camas y respiradores para quienes los necesitaron y a lo largo de muchísimos meses se consensuaron las respuestas al Covid con los inmunólogos y con los mandatarios provinciales de todo el país, incluso los gobernadores alineados con Cambiemos. En otras latitudes hubo verdaderas catástrofes -Perú, Ecuador, Nueva York, con muertos que ni siquiera podían ser enterrados-; o imposibilidad de atender a los contagiados -Italia- o desastres en los geríatricos -España- o una política negacionista brutal como en Brasil, Estados Unidos o el Reino Unido en los primeros tiempos de la pandemia.