“Por favor, gasten”. La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) enterró ayer de forma oficial la austeridad.
En la conferencia telemática Futuro del crecimiento económico de la XII edición del Foro Gaidar, imploró a los países que vacíen los bolsillos. “Ya dije en marzo ‘por favor gasten’. Gasten lo que puedan y después gasten un poco más. Abogué y sigo abogando por políticas monetarias acomodaticias y políticas fiscales que protejan a la economía de un colapso”, sostuvo desde Washington.
La economista búlgara reconoció que esta postura de barra libre es “inusual” teniendo en cuenta el historial de recomendaciones del FMI, pero los tiempos pandémicos no ofrecen en estos momentos demasiadas alternativas y pidió a los gobiernos y bancos centrales que no retiren demasiado pronto los estímulos. “Tenemos que ser aún muy cuidadosos para no retirar el apoyo de manera prematura”, recordó.
¿Y el colosal monto de deuda acumulada? ¿Y el riesgo de crear burbujas? En una entrevista publicada ayer por el rotativo Le Figaro , Georgieva tuvo que reconocer que todo tiene un límite y que el Fondo tampoco defiende la caridad a toda costa y a cualquier precio.
En primer lugar, comentó, hay que olvidarse de la posibilidad de cancelar la deuda. “Sería muy problemático cuestionar el hecho de tener que reembolsar el dinero una vez que se haya tomado prestado. Significaría alejarse de la economía de mercado”, declaró.
La máxima ejecutiva del FMI también admitió que pronto o tarde habrá que abordar medidas “para que la deuda de las empresas y de los hogares siga siendo sostenible”. Y, a continuación, soltó una advertencia: “A medida que la situación vaya mejorando, de forma paradójica, veremos aumentar
el número de quiebras. Porque cuando las medidas de apoyo se reduzcan de forma progresiva los países deberán poner en marcha procedimientos robustos para gestionar los problemas de insolvencia”.
Así que todavía puede que no hayamos visto lo peor del impacto económico de la pandemia.
Las distintas medidas de estímulos cuyo mantenimiento Georgieva implora a los estados y a los bancos centrales también producen un efecto pernicioso que el FMI reconoce que traerá consecuencias negativas: el aumento de las desigualdades.
Por ejemplo, “la política monetaria acomodaticia es buena para el conjunto de la economía, pero tiende a favorecer a los más ricos, como los que trabajan en el sector digital, que ya están presentes en la economía financiera”. De manera que se corre el riesgo, por admisión del mismo Fondo, de encontrarnos después de la pandemia con una economía más endeudada, más quiebras y una sociedad más desigual.
Por todo ello, Georgieva propuso ayer pensar también en el futuro, especialmente en invertir en el capital humano, en la economía verde y en la economía digital, además de promover una mayor cohesión social. “Podemos dar un paso valiente y centrarnos en la calidad del crecimiento y en repartir los beneficios de la riqueza de manera más equitativa (…)”, señaló la directora gerente del FMI, que considera que esta será la tarea de los políticos en el 2021 y más allá.
Nota de La Vanguardia