El Ministerio de Producción incluyó en una presentación oficial una ilustración que rápidamente generó repudio en las redes sociales. Para graficar que “hoy un 20 por ciento aportan el 99,4 por ciento de la recaudación” eligió una imagen de siete personas rubias, de traje y con sillas de oficina, sosteniendo a muchos individuos mayoritariamente de piel y pelo oscuros, que serían quienes no pagan impuestos.
En Twitter, los usuarios notaron el detalle incluido en la página 7 del documento «Leyes para la Transformación Productiva» y repudiaron la matriz discriminatoria de la ilustración. Además resaltaron detalles como que los «rubios» tienen rostro y zapatos de colores, mientras los «morochos» no tienen expresión facial y su calzado es en general marrón genérico.
«Ojo, hay dos mujeres rubias también, porque racistas pero con perspectiva de género», señaló un tuitero.
Al margen del hallazgo de la ilustración discriminatoria, el documento plantea las etapas de una posible reforma laboral que impulsa el gobierno de Cambiemos tras fracasar con ese proyecto en el Congreso. Entre los postulados, el Ministerio de Producción propone la condonación de deudas por el incumplimiento de leyes laborales, la reducción de las indemnizaciones y la eliminación de multas que sancionan el trabajo en negro, entre otras.
Estas medidas serían parte de lo que llamaron la “estrategia productiva 2019”, con la que se planea bajar “el costo argentino” a partir de “reformas estructurales”.
No es la primera vez que el Gobierno incurre en este tipo de errores en sus diseños gráficos, muchos recordaron un documento de la ANSES en donde el calendario de las asignaciones familiares fue ilustrado con una familia rubia y de piel clara y el calendario de pago de la asignación universal por hijo, en cambio, llevaba la imagen de una chica morocha, presumiblemente madre soltera, con dos hijos pequeños y también morochos.
En las redes sociales, señalaron también la similitud de la imagen con una propaganda de tiempos de la dictadura en la que los empresarios se veían aplastados por un techo del dólar y un piso de costos laborales, que bajaban a patadas y golpes.
Página12