Tras retomar contacto con Moyano, Cristina suma a Grabois a su armado

El plenario nacional del Movimiento de Trabajadores Excluidos, la poderosa organización de recicladores urbanos, fue el escena que eligió Juan Grabois durante el último fin de semana para blanquear la decisión de lanzarse a la arena política. El anuncio, sin embargo, no significa una postulación inmediata a un cargo electivo, pero sí la definición de jugar políticamente en el espacio referenciado en la figura de Cristina Fernández de Kirchner.

La decisión, que sepultó las diferencias que lo llevaron a enfrentar en varias oportunidades al kirchnerismo en el poder, la fundamentó en la necesidad de ser consecuentes con la posición política desde la que valoran y acompañan a diferentes procesos políticos en Latinoamérica. Palabras más, palabras menos, Grabois sostuvo que es inconsencuente apoyar al gobierno de Evo Morales en Bolivia y defender al Luiz Inácio Lula da Silva y en Argentina no acompañar a quien mejor expresa, con sus contradicciones, esos procesos.

Según los planes de Grabois, el armado de alcance nacional se va a llamar Frente Patria Grande y va a tener su punto de partida la estructura de la agrupación del mismo nombre que conduce Itai Hagman.

El economista porteño que compitió el año pasado en las primarias de Unidad Porteña, la versión local de Unidad Ciudadana, siempre se paró fuera del kirchnerismo, en una posición de autonomía que le permitió criticar medidas del gobierno anterior pero sin identificarse en la izquierda tradicional.

Ese es el camino que buscará ahora el dirigente social, con el matiz de que con su lanzamiento espera recoger adhesiones de espacios que hasta ahora fueron críticos del kirchnerismo pero que cambiaron su valoración de ese ciclo desde la llegada al poder de Mauricio Macri.

El acuerdo entre Cristina y esta nueva fuerza política que se inscribirá en los próximos días, incluye el consenso de una ambiciosa agenda de reformas para un eventual nuevo gobierno kirchnerista.

La decisión de quien es una de las caras visibles de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) está en sintonía con los movimientos que viene realizando la ex presidenta, tendientes a ampliar su base de sustentación retomando el contacto incluso con algunos antiguos adversarios. Un mes atrás la expresidenta se reencontró, al menos públicamente, con Hugo Moyano después de 8 años de distanciamiento.

La foto del encuentro en el camping de SMATA se tradujo en la consolidación del armado sindical que se opone a la conducción la CGT que la semana pasó a llamarse Frente Sindical por el Modelo Nacional y que integran, además de camioneros y el gremio de mecánicos, la Corriente Federal de los Trabajadores, que conducen el bancario Sergio Palazzo y el gráfico Héctor Amichetti.

El acercamiento entre Moyano y Cristina llegó al punto en el que sindicalista dijo este fin de semana que «si no hay otro candida que esté en condiciones tendrá que ser ella».

Hasta ahora, Grabois siempre había rechazado su participación en política partidaria y defendió a ultranza su rol de representa gremial, en este caso de los trabajadores de la economía social, pero el acompañamiento a Cristina durante las indagatorias ya habían provocado versiones sobre un acercamiento. Pese a que acompañó del lanzamiento de En Marcha, el frente político en sí participan las otras dos grandes organizaciones que dan forma a la CTEP, el Movimiento Evita y Barrios de Pie, en ese momento Grabois aclaró que lo hacía desde su rol de dirigente social.

Es previsible entonces que el giro del dirigente sindicado como un hombre del entorno del papa Francisco, sacuda a la CTEP y principalmente la relación con el Evita, que ya viene bastante deteriorada producto de los cortocircuitos sobre el papel que deben jugar los movimientos sociales frente a la crisis económica. No obstante, la decisión varias organizaciones que integran la central piquetera comparten el juego. El bloque que conduce el Movimiento La Dignidad ya definió que va a acompañar el proyecto político.

El desembarco de la CTEP, o al menos de sus dirigentes, en el pankirchnerismo también tendrá sus rebotes puertas adentro. Durante los últimos años, los dirigentes alineado con Cristina crearon el Frente Milagro Sala, a través del que canalizaron las demandas las organizaciones sociales y fábricas recuperadas, parándose desde una posición mucho más dura políticamente que la CTEP por su carácter gremial, prioriza el plano reivindicativo.

Para graficar los contrapuntos entre ambos sectores basta con mirar lo que ocurre esta semana. Este martes, el Frente Milagro junto a las organizaciones sociales de la CTA convocaron a un «ollazo» popular en la avenida de Mayo, desde el Congreso a la Plaza de Mayo. Apenas 24 horas después, la CTEP harán una medida idéntica pero sobre la avenida 9 de julio en reclamo de la aproba de una ley de Emergencia Alimentaria que presentaron hace dos meses en el Congreso de la Nación.

Fuente: Letra P

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