Caída del carry trade y colapso rural: Las ganancias del campo cayeron un 50%

El negocio del carry trade, que permitió a muchas empresas del sector agropecuario sobrevivir en los últimos años, llegó a su fin, dejando al descubierto la fragilidad del modelo económico impulsado por el gobierno de Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo. Sin esta vía de financiamiento especulativo, el agro enfrenta una crisis que podría transformar el paisaje económico del país.

El primer síntoma de esta situación fue el default de gigantes del sector como Los Grobo, Agrofina y Surcos, pero el problema se extiende a casi todas las empresas agroexportadoras. Syngenta, una de las principales productoras de fertilizantes, vio caer su facturación en más del 50%, pasando de comercializar más de 860 millones de dólares a poco más de 414 millones anuales.

El sector, que alguna vez fue la estrella de la economía argentina, hoy se encuentra cercado por un combo explosivo: la caída de precios internacionales, las retenciones, el dólar planchado y el aumento de costos en insumos y energía. La reducción de los derechos a la exportación anunciada por Caputo buscaba incentivar la liquidación de soja para obtener 3.000 millones de dólares, pero el resultado está lejos de lo esperado.

«La baja de retenciones se recontra licuó», afirmó a LPO una fuente del sector, explicando que las expectativas siguen siendo muy negativas. Los precios internacionales deprimidos y los anuncios proteccionistas de Donald Trump han incrementado la incertidumbre. «No vamos a ver mejoras en soja, trigo y maíz», advirtió un directivo de una importante cerealera.

A la pérdida de competitividad del tipo de cambio se suma otro problema que profundiza la crisis: la incertidumbre sobre la continuidad del crawling peg del 1%. Sin los incentivos a mantener posiciones en pesos por temor a un mayor riesgo cambiario, la baja de retenciones se convierte en un beneficio marginal y los exportadores retacean la liquidación de la cosecha. Desde la consultora LCG alertaron que, desde el viernes pasado, las ventas en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) promediaron apenas 80 millones de dólares diarios, un 25% menos que a principios de mes.

El panorama es desalentador para un sector que, hasta hace poco, lograba sostenerse gracias a maniobras financieras. Hoy, sin ese colchón, la realidad económica del campo argentino se desmorona, dejando en evidencia las debilidades del modelo Milei-Caputo.

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