La motosierra que Javier Milei convirtió en símbolo de la gestión libertaria arrasa con las áreas del gobierno encargadas de garantizar derechos pero no rige para la Secretaría de Inteligencia del Estado. El miércoles, mientras algunos agentes trabajaban a destajo en los alrededores del Congreso y otros detrás de los teclados al servicio de la acción psicológica para criminalizar la protesta social, el presidente firmó un nuevo decreto de necesidad y urgencia para ampliar el presupuesto de la central de espías en 7.000 millones de pesos, incluidos 1.650 millones de fondos reservados.
En agosto pasado la oposición logró que hasta el PRO rechazara un desvergonzado decreto que pretendía asignarle 100.000 millones de pesos adicionales al presupuesto de la SIDE en concepto de gastos reservados. En gran medida esos fondos se habían gastado en el período que fue de la firma del decreto a su rechazo parlamentario, aunque el gobierno aceptó meses después devolver 88.000 millones de pesos.
Ahora, invocando como fundamento que el presupuesto no se aprobó el año pasado en el Congreso y la necesidad de “asegurar una distribución razonable de recursos con el fin de poder cumplir sus obligaciones”, el gobierno dispuso aportes adicionales para distintas áreas del Estado. El DNU 186/2025, que firma Milei y todos sus ministros y que se publicó ayer en el Boletín Oficial, establece para la SIDE que encabeza Agustín Neifert pero responde al asesor Santiago Caputo un presupuesto adicional de 7.366.286.591 de pesos, de los cuales 6.344.120.048 son gastos corrientes y el resto gastos de personal. El rubro “gastos reservados” aparece en el final del listado de erogaciones presupuestadas y alcanza los 1.625 millones de pesos. (P/12)