La crisis económica global y nacional sigue golpeando duramente al empleo en Argentina. En las últimas 48 horas, la multinacional Cargill anunció el despido de 600 trabajadores en sus plantas de Buenos Aires, Santa Fe y San Luis, como parte de un plan de reestructuración que afecta tanto a nivel global como local.
Los despidos impactaron principalmente a personal jerárquico, administrativos, técnicos y operarios de planta. Entre las áreas más afectadas se encuentran procesamiento, logística y comercio, sectores donde gran parte del personal carece de protección sindical, lo que incrementa la vulnerabilidad de los trabajadores.
La provincia de Santa Fe fue la más afectada, registrando la mayor cantidad de cesantías en sus plantas de Villa Gobernador Gálvez y Puerto General San Martín. En estas localidades, los telegramas de despido comenzaron a llegar, sumiendo en la incertidumbre a comunidades profundamente dependientes de la actividad agroindustrial.
A nivel global, Cargill atraviesa un escenario complicado debido a la fuerte caída en los precios internacionales de los commodities del agro, lo que está afectando a las principales empresas comercializadoras de granos. En este contexto, la firma confirmó que reducirá su fuerza laboral global en un 5%, lo que equivale a aproximadamente 8.000 empleados sobre un total de 164.000. Sudamérica representa el 21% del plantel global, por lo que el impacto en Argentina era esperable.
“Para fortalecer el impacto de Cargill, debemos realinear nuestro talento y recursos para que estén en línea con nuestra estrategia”, afirmó la compañía en un comunicado oficial. “Desafortunadamente, eso significa reducir nuestra fuerza laboral global en aproximadamente un 5%. Esta difícil decisión no se tomó a la ligera. Nos apoyaremos en nuestro valor fundamental de poner a las personas en primer lugar mientras apoyamos a nuestros colegas durante esta transición”.
Si bien Cargill no es una empresa de información pública y no comparte sus resultados financieros al no cotizar en la Bolsa, trascendió que en el año fiscal finalizado en mayo pasado registró ingresos por 160.000 millones de dólares, un 10% menos que los 177.000 millones del período anterior.
En Argentina, la multinacional tiene una presencia destacada en el sector agroindustrial, con más de 3.300 empleados, 50 plantas de acopio, cinco terminales portuarias y varias instalaciones de procesamiento en Santa Fe, San Luis y otras provincias. Sin embargo, su gigantesca estructura parece haber comenzado a reducirse.
Según la Asociación de Supervisores de la Industria Biodiésel de la República Argentina (ASIABRA), los despidos de esta semana incluyen a 600 trabajadores del personal jerárquico fuera de convenio, entre gerentes, encargados, supervisores y administrativos. Además, entre los operarios, se registraron aproximadamente 70 cesantías distribuidas en las diferentes plantas de procesamiento y recepción de granos.
El gremio ASIABRA ya presentó una denuncia ante la cartera laboral de la provincia, y se espera que el próximo lunes se lleve a cabo una audiencia entre la empresa y los representantes de los trabajadores.
En tanto, fuentes del sector agroindustrial advierten que las empresas exportadoras no están mostrando buenos resultados debido a un negocio que se ha reducido significativamente. Ante este escenario, no se descarta que Cargill avance con más despidos en su operación local, lo que genera alarma en las comunidades dependientes de la empresa.
Fuente: Ámbito