Multitudinaria movilización por el 8M en las calles céntricas de Tandil

Fue el primer 8 de marzo de la gestión de Javier Milei, que ubicó a los movimientos feministas en la vereda enfrentada a a las polítcas del gobierno nacional. Con el epicentro en la plaza frente al Congreso, así como en otros puntos del país, se cuestionó el ajuste económico y se manifestó la convicción de no retroceder en conquistas. En Tandil la manifestación fue contundente y multitudinaria, con intervenciones, arte y color. En el marco del Día Internacional de la Mujer y bajo la consigna «Siempre paramos la olla, hoy paramos el mundo», distintas organizaciones de mujeres y disidencias, nucleadas en la asamblea transfeminista de Tandil, realizaron diferentes actividades en la Plaza Independencia.

A traves de un comunicado, las y les feministas, expresaron que, «somos protagonistas del Paro Internacional Transfeminista y nos reconocemos sus hacedoras, habiendo movilizado los procesos que confluyen en esta jornada: luchas, reclamos, derrotas, marchas, victorias, abrazos, reivindicaciones y preguntas. Un mar de buenas y profundas preguntas, que compartimos en esta plaza, sin pretensión de respuestas cerradas, pero sí para insistir en el ejercicio de la reflexión crítica y la práctica consecuente con esas preocupaciones».

Comunicado completo:

Nuestra estrategia es colectiva y nuestra potencia, como la de toda marea, impredecible. Sabemos empaparnos en los debates, y cuando debatimos escapamos de consensos fáciles. Esa táctica nos construyó como sujetxs políticos con enorme potencial para interrumpir inercias injustas, violentas, conservadoras y excluyentes en cada uno de los espacios y territorios que habitamos. Esta multiplicidad de voces, habilitó una trama de debates que nos permitieron el diálogo global, del que también es parte y consecuencia, este VIII Paro Internacional Transfeminista.

Como somos marea, traemos cosas del fondo, un fondo que es lucha, memoria, presente y futuro. Esta marea hoy nos trae un mar de preguntas, nos permite recuperar las preguntas históricas y atrevernos a las nuevas que nos plantea el contexto.

La primera oleada de preguntas nos ruge, ¿cómo llegamos hasta acá? Pregunta que se orienta en dos direcciones:

La primera tiene que ver con el cómo parte de la sociedad elige y sostiene un gobierno que perjudica a toda la clase trabajadora, que desprecia las identidades por fuera del binario, que endeuda y reprime.

La segunda versión es: ¿cómo llegamos los feminismos a enfrentar estas propuestas? ¿Con qué potencias, con cuántos y cuáles cuerpos? ¿Cómo nos sentimos en este contexto? ¿Con qué cansancios y broncas? ¿Aprendimos a cuidarnos? ¿Pudimos nombrar violencias y hablar de la sobrecarga de trabajo y de sus implicancias en nuestra salud mental? ¿Reconocemos y validamos a nuestras compañeras y compañeres, más allá y más acá de las diferencias que son características de nuestro movimiento y que nos enriquecen? ¿Entendemos la importancia de tensionar un sentido común machista y jerárquico? ¿Nos alcanzan las herramientas que hemos desarrollado para esta larga inundación de la mala política? ¿Cómo llegamos, entonces? ¿Con qué estrategias y con cuáles alianzas? ¿Cuáles sectores y actores se han sentido interpelados por nuestras propuestas? ¿Cómo fueron recibidas esas propuestas en los espacios laborales, sindicales, partidarios, culturales, en los que nos movemos cotidianamente? ¿Qué posibilidades de encuentro nos habilita hoy, ese recorrido? ¿cómo seguimos?

También nos preguntamos -y un poco lo sabemos-, ¿por qué los sectores conservadores en el mundo están atacando a los feminismos? ¿Será que nos tienen miedo porque no tenemos miedo?

Imagen: El Diario de Tandil

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