La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia dio hoy el visto bueno a la fusión de Telecom y Cablevisión. La operación había sido avalada a fines del año pasado por el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom). De esta forma nace la mayor empresa del país, con activos por cerca de 11 mil millones de dólares.
Con la venia del Gobierno, el Grupo Clarín expande sus negocios. Si ya tenía control sobre prensa gráfica, radio, TV y cable, ahora suma Telefonía e Internet. El objetivo es proveer de cuádruple play: la combinación de telefonía fija y móvil, más Internet y TV. Todo a cargo de un único prestador.
A partir de ahora, el nuevo gigante competirá con Telefónica de España y Claro de México, ambas con mayores ingresos que Cablevisión-Telecom. El 60 por ciento de Cablevisión está en manos de los principales accionistas de Clarín: Marcela y Felipe Noble Herrera, Héctor Magnetto, José Aranda y Lucio Pagliaro. El 40 por ciento restante pertenece a Fintech, un fondo que pertenece al millonario mexicano David Martínez, dueño a su vez del 40 por ciento de Telecom.
El primer paso tras la aprobación de hoy es al desinversión. Telecom deberá ceder 80 mhz de espectro para no monopolizar el negocio de la telefonía móvil. Y, de acuerdo a una disposición de la secretaría de Comercio, tendrá que desprenderse del mercado de banda ancha en 28 localidades. Es que ambas empresas comparten clientes en zonas donde operan como únicos proveedores de red fija.
En concreto, Telecom, como empresa fusionada, debe dejar de prestar servicio de banda ancha a algo más de 140 mil personas en localidades de cinco provincias: Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba y Misiones. En estas dos últimas provincias, Telecom está obligada a desinvertir en las ciudades capitales.
Las limitaciones son para que se «garanticen el cuidado de los derechos del consumidor y que, en línea con las tendencias internacionales, promuevan las inversiones y el desarrollo tecnológico del sector”, según un comunicado del Ministerio de Producción, que recomienda acciones en cuatro áreas: desinversión, ofertas comerciales, disponibilidad de la red y espectro.
Por otra parte, se impuso a Telecom la imposibilidad de empaquetar servicios por seis meses o un año, según la región. Con esto se pretende evitar darle preferencia al ser el primer operador de cuádruple play. La gran duda es que habrá menos competidores ante la concentración consumada hoy, algo que las empresas negaron, mientras desde el Gobierno se busca que las telefónicas accedan al mercado de televisión satelital para favorecer la competencia. El Senado podría darle media sanción a esa iniciativa la semana próxima tras el dictamen en la Cámara alta.
Fuente: Página/12