La Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires redactó un informe en que indica que en 74 municipios del territorio provincial existen basurales a cielo abierto y entre todos suman una superficie equivalente a dos estadios de River.
Dentro de las comunas señaladas está la ciudad de Tandil, y la Defensoría denunció que en ninguno de ellos existe un plan de remediación. Además «cada uno de estos basurales está en promedio a dos kilómetros de la zona urbana de la ciudad, a tres kilómetros de la escuela más cercana y a cuatro kilómetros del Palacio Municipal -y, por lo tanto, de los centros comerciales- de las localidades donde están emplazados» indicaron.
La denuncia va en consonancia con una presentación realizada en septiembre por el concejal del FPV-PJ Rogelio Iparraguirre quien filmó un video parado sobre el basural ubicado en la ruta 30. Extrañamente, cuando el edil dio a conocer el video, el municipio se apresuró a taparlo.
Los basurales fueron identificados en 25 de Mayo, 9 de Julio, Alberti, Arrecifes, Ayacucho, Azul, Bahía Blanca, Balcarce, Benito Juárez, Bolívar, Bragado, Capitán Sarmiento, Carmen de Areco, Patagones, Chascomús, Chivilcoy, Colón, Coronel Dorrego, Daireaux, Dolores, Exaltación de la Cruz, General Alvear, General Belgrano, General Lamadrid, General Pueyrredón, General Villegas, González Chaves, Junín, Laprida y Las Flores.
También se identificaron en Lincoln, Lobería, Lobos, Maipú, Marcos Paz, Miramar, Navarro, Necochea, Olavarría, Pehuajó, Pergamino, Pigüé, Pringles, Rojas, Saliquelló, Salto, San Andrés de Giles, San Antonio de Areco, San Miguel del Monte, San Nicolás, San Pedro, Suipacha, Tandil, Tapalqué, Tornquist, Tres Arroyos, Vedia, Zárate, Luján, San Cayetano, Tres Lomas, Ramallo, Monte Hermoso, General Arenales, Coronel Suárez, Cañuelas, Villa Gesell, La Costa, Baradero, Chacabuco, Mercedes, General Viamonte, Hipólito Yrigoyen y General Pinto.
«Uno de los datos más alarmantes es que en siete de cada 10 basurales a cielo abierto se producen quemas. Esto demuestra que no hay un cambio en el paradigma de considerar el residuo como un recurso, para no verlo como un problema ambiental, sino como una oportunidad, lo que implica que estos depósitos se transformen en un foco de contaminación y un riesgo sanitario para la población», aseguró el defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino.