La salida de Susana Malcorra fue anunciada personalmente por Mauricio Macri, quien dijo que la renuncia es «por temas personales» y adelantó que se irá a vivir a España, donde reside su familia. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, detalló que la canciller seguirá siendo parte del gobierno como asesora con rango de ministra.
La canciller, que en marzo de 2012 fue designada por el entonces Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon, como de Jefa de Gabinete de dicha organización y que al tiempo que fue designada por Macri a cargo de las relaciones extrriores de la Argentina compitió (sin mucho éxito) por ocupar el máximo cargo en la ONU, tuvo muchos desatinos en el año y medio que formó parte del gobierno de Cambiemos.
Los principales y más criticados fueron haberle recomendado al presidente apoyar abiertamente a Hillary Clinton en las elecciones norteamericanas, interfiriendo de manera directa en la política interna de otro país. No contenta con eso, el día que ganó Donald Trump, Malcorra tuiteó y expresó su «pena» por la derrota de la demócrata.
Además, durante la votación en Colombia para refrendar los acuerdos de paz, la canciller recomendó a Macri viajar al país hermano para recibir la buena noticia convencida de que ganaría el «si», y terminó siendo una victoria rotunda del «no» impulsado por el expresidente Álvaro Uribe dejando a Macri expuesto ante una derrota y acrecentando su fama de persona que trae mala suerte, o como se dice popularmente, de «yeta».
La ahora ex funcionaria será reemplazada por el actual embajador argentino en Francia, Jorge Faurie, que se desempeñó como vicecanciller de Carlos Ruckauf durante la presidencia de Eduardo Duhalde. Faurie fue jefe de protocolo durante la gobernación de Ruckauf y cuando este asumió como canciller de Duhalde, lo acompañó junto a Fulvio Pompeo. Este último era mencionado siempre como un posible relevo de Malcorra, pero es evidente que prefirió quedarse en la Casa Rosada y monitorear a través de su amigo la Cancillería.
