Luego de cerrar 2016 con una caída del 25%, el sector textil comenzó el nuevo año con noticias poco alentadoras. A una persistente caída del consumo interno, se agrega un crecimiento del 79% en las importaciones de indumentaria, que tiene consecuencias sobre toda la cadena de valor textil y hace dudar a los empresarios sobre las proyecciones previstas para 2017.
Al momento del análisis de los datos consolidados de importaciones del mes pasado, no se debe soslayar que en enero de 2016 aún no había impactado la aprobación por parte del Gobierno del stock de las DJAI, lo que recién generó una inercia importadora a partir de marzo del año pasado.
Ahora bien, más allá de que la comparación es contra un enero de 2016 que fue débil en materia de importaciones, los datos surgidos de la Fundación Protejer, a los que accedió en exclusiva ámbito.com, comparados de forma interanual en volumen, permiten trazar una radiografía que mantiene encendida las alertas, para un sector que en 12 meses ya sufrió 15 despidos, 8 mil formales y 7 informales. En la actualidad, con una actividad que no repunta hay alrededor de 5 mil suspensiones.
«Lo que están mostrando estos números es mucha avidez en el canal de prendas terminadas y confecciones donde empieza a reflejarse el canal de marcas de tiendas departamentales y supermercados», explicó Jorge Sorabilla, presidente de la Fundación Protejer.
En ese sentido, al 79% de aumento en las compras externas de ropa, se suma el crecimiento del 40% en confecciones para el hogar y del 18% en otros productos terminados, lo que afecta a toda la cadena de valor incluyendo hilanderías, tejedurías, tintorerías y la confección. «El canal importador de productos terminados está muy vigorozo», analizó Sorabilla.
Otro rubro con gran crecimiento es el de los tejidos planos, cuyo ingreso creció un 42% en el global, y dentro del cual tejidos de algodón se incrementaron un 48% y 41% los de fibras discontinuas. En este punto, lo que más afecta a la industria textil es la compra de los tejidos de algodón porque dejan de trabajar las hilanderías. Como contrapartida, en hilados las importaciones de fibras discontinuas cayeron 33% lo que demuestra que directamente está ingresando al país el tejido terminado.
En el caso de las materias primas, se registró un descenso de importaciones medidas en kilos del 30%. En el caso de la lana por ejemplo hubo una caída del 100%, pero esto evidencia también que crece la compra externa de sweater terminados. Además, el algodón retrocedió un 74%, pero en este caso la Argentina se autoabastece y genera un cupo exportable. «Lo que se trae de algodón es para mejorar la mezcla pero no mueve los índices de la actividad industrial», sostuvo Sorabilla.
Los números de importaciones del primer mes del año, preocupa a los empresarios textiles que enfrentan el combo letal de caída del consumo interno y aumento de las compras externas de productos terminados. «El sector textil es eficiente en ratios de productividad, el problema son los costos argentinos que generan que seamos caros, no solo en el sector textil sino todos los productos industriales. Hay que trabajar en la competitividad; el proceso de apertura comercial junto con problemas de fondo estructurales argentinos es un combo peligroso», advirtió el presidente de la Fundación Protejer.
Mientras son varios los funcionarios del Gobierno que señalaron la necesidad de abrir las importaciones para disciplinar los precios internos y bajar la inflación, en el sector textil afirman que el aumento de la importación de indumentaria no genera un ahorro para el consumidor porque los productos importados se terminan vendiendo incluso, en algunos casos, más caros que los productos nacionales.
Ante este panorama, los empresarios textiles siguen esperando señales alentadoras para pensar en la tan ansiada recuperación del nivel de actividad. Sin embargo, por el momento parecen pesar más los números que al menos en el primer mes del año siguen siendo negativos. «Tengo que estar parado a fines de marzo para decir que es lo que va a pasar en el 2017. Si se recupera el consumo va a arrastrar al sector a un mayor nivel de actividad, algo que por el momento no vemos», sentenció Sorabilla, expresando el sentimiento que cunde entre los empresarios textiles.
Fuente: Ámbito Financiero